Ficha completa

LUIS SEABRA GRANITO CRU ALVARINHO 2019

Luis Seabra se curtió en el mundo del vino trabajando como enólogo jefe en Niepoort durante 12 años. En el año 2012 decidió que era el momento de partir y desarrollar su propio proyecto. En 2013 crea Luis Seabra Vinhos, con la misión de crear vinos que expresen el lugar del que proceden, elaborados con una filosofía de mínima intervención respetando su naturaleza y su carácter. Luis busca que los vinos reflejen los diferentes terruños donde están plantadas las vides, las diferentes altitudes y exposiciones, sus diferencias y similitudes. Por encima de todo busca crear vinos únicos. 

Con la conciencia de que estos son solo los primeros pasos de un largo camino, la aventura sigue, descubriendo viejas cepas desconocidas que resistirán a lo largo de los años. A lo largo de los años que trabajó en la región, creó una relación especial con estas viñas viejas. Estos no son exuberantes, sus troncos no son mayoritariamente gruesos e imponentes como podríamos pensar, al contrario son esbeltos y retorcidos con un aspecto frágil, pero con la serenidad propia de la edad. Estas cepas responden menos fluctuantes a las diferentes condiciones climáticas, soportando mejor los picos de calor y el estrés hídrico, pero también las lluvias que insisten en caer antes de la vendimia. Estos viñedos tienen un carácter único dado por el lugar donde están plantados y por las diferentes variedades que componen la mezcla. El resultado de respetar la individualidad de estas cepas en la bodega, son vinos como las cepas, discretos, sin gran exuberancia, pero con una gran complejidad que viene con años de experiencia.

Viñedo: procede de 3 parcelas de Alvarinho ubicadas en la localidad de Paderne de Melgaço, en la sub-región de Vinho Verde, fronterizo con Galicia. Suelos de arcilla y arena de origen granítico, a una altitud de 50-150 metros sobre el nivel del mar. Se practica una agricultura respetuosa y la vendimia es manual en el momento óptimo de maduración.

La añada 2019 se caracterizó por unos rendimientos inferiores a los del 2018. Las condiciones cálidas al principio de la temporada dieron como resultado una floración y un cuajado de frutos temprano, mientras que un clima más fresco inmediatamente después ralentizó el ciclo de crecimiento. Hubo falta de lluvias y algunas racimos sufrieron quemaduras, pero la lluvia en agosto revivió las vides y la cosecha final resultó excepcional. 

Elaboración: vendimia manual el 17 de septiembre. Las uvas son seleccionadas y prensadas de forma que el mosto obtenido fermenta de forma espontánea con levaduras autóctonas en fudres de roble de 1.000 y .2000 litros, en contacto con sus lías y sin añadir azufre.  El vino realiza la maloláctica completa. 12 meses de crianza en los mismos fudres y 6 meses más en depósitos de inox hasta el embotellado en febrero de 2020. Tras más de 1 año en botellero sale al mercado en agosto del 2021.

Cata: color pajizo intenso. En nariz muestra de inicio una ligera reducción (notas de maíz tostado) que se disipan con la oxigenación. Esta reducción es muy leve y aporta complejidad al conjunto de aromas de albaricoque, ciruela claudia sobre un fondo a pedernal. En boca aunque no tiene mucho alcohol tiene volumen y muy buena intensidad, tiene un paso afilado, cítrico, salino con un final largo de buena persistencia.

Producción: 5.220 botellas y 120 mágnum. 11,8% Alc.   Ph: 3,41 Acidez T: 7,7 gr/l  S02 libre: 20 gr/l

Puntuaciones: aún sin puntuar. 92 Parker en la añada 2018.

Consumo óptimo: 2021-2026 

Armonías: ostras, mariscos, salsas cremosas, platos a base de mantequilla, risottos y carnes blancas. Quesos añejos…