Ficha completa

JEAN-BAPTISTE HARDY ÈCLATS 2022

Considerada durante mucho tiempo una región con poca cobertura mediática y menor calidad, Muscadet está ahora en el centro de atención gracias a enólogos talentosos como Jean-Baptiste Hardy. Después de viajar por el mundo para experimentar con diferentes enfoques (Domaine Roulot, Leflaive, Sandhi/Domaine La Côte, Chacra en Patagonia, Nueva Zelanda ...), se hizo cargo de los viñedos familiares en 2018, para revivir algunas de las mejores parcelas de su familia en diversos “terroirs” en Mouzillon, un pueblo a orillas del río Sanguèze, en el corazón de la denominación Muscadet Sèvre et Maine, a 25 km de Nantes. 

Jean-Baptiste regresó con una mejor comprensión del potencial del “terroir” de Muscadet donde cree firmemente en el potencial de los suelos compuestos de “gabro” (rocas volcánicas),  sílice y arcilla y en el que desde hace pocos años Jean-Baptiste consigue producir vinos de textura y frescura que nos encantaron y que nos recuerdan a los mejores Chablis. El potencial está aquí y apostamos que este joven enólogo se convertirá en una de las estrellas de la denominación.

Viticultura: Jean-Baptiste Hardy se hizo cargo de poco menos de cuatro hectáreas de viñas viejas 100% Melon de Bourgogne plantadas entre 1950 y 1960 a finales de 2018 en el municipio de Mouzillon (Muscadet). Su primera añada se estrenó en 2020 con dos embotellados de una sola parcela. Tomando las riendas de la finca de sus padres a principios de 2022, planea aplicar su estilo de cultivo a 10 hectáreas adicionales con el tiempo y alquilar el resto de las vides.

Terroir: Mouzillon, cru comunal desde 2019, se encuentra en la parte más oriental de la región de Muscadet Sèvre et Maine. Los meandros boscosos del río Sanguèze, en el corazón de Mouzillon-Tillières, crean un ambiente único: hileras de vides emergen de las colinas que rodean el río como una serie de islotes. Los suelos moderadamente profundos están compuestos de gabro (roca magmática) en descomposición gruesa, conocido localmente como “chappe”, a menudo cubierto por una superficie de arena y arcilla.

Viñedo: El viñedo se trabaja en ecológico con preparados biodinámicos. Inmediatamente después de hacerse cargo de estas 4 hectáreas, Jean-Baptiste comenzó a rehacer la instalación de todo el sistema de espaldera para favorecer un mejor manejo de las vides y lograr una perfecta madurez del fruto. Luego se dispuso a trabajar la tierra y traer estiércol de vaca para nutrir la tierra. 

Vinificación: la uva se cosecha a mano y se prensa a baja presión para no extraer ningún tipo de astringencia. Se realiza un ligero sulfitado a la salida de la prensa para mantener un ambiente sano y que la fermentación alcohólica natural se realice en buenas condiciones. Vinificación tradicional durante 12 meses sobre lías en depósitos subterráneos revestidos de vidrio. La fermentación alcohólica generalmente se realiza durante el invierno (puede durar hasta la primavera). Además, la fermentación maloláctica se realiza de forma natural en los diferentes recipientes.
Los vinos se someten a un ligero battonage para conservar las lías finas y, posteriormente, se trasiegan para ser puestos en depósitos subterráneos vidriados durante 6 meses. El embotellado se realiza directamente en cuba, sin clarificación, ni filtración, y sin adición de sulfitos.

Cata: color amarillo pajizo con reflejos dorados. En nariz se muestra muy mineral con notas de pedernal, notas de lías (panadería) tras lo cual aparece la fruta de hueso, albaricoque, ciruela y una nota cremosa de limón. En boca es muy fresco y sápido con una gran precisión, textura y elegancia con muy buena persistencia que nos recuerda a la pureza de algunos Chablis.

Consumo óptimo: 2024-2030. 

Armonías: con los yodados típicos de los mariscos, ostras, pescados salvajes, queso de leche cruda de Arzúa, ensaladas….