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ALFREDO EGIA IZAKI 2021

Alfredo Egia estudió Ingeniería Técnica Agrícola en Valladolid  y Máster en viticultura y Enología en Barcelona, en la Universidad Politécnica de Cataluña. Tras su educación formal, trabajó durante dos temporadas en el Penedés y adquirió experiencia práctica con varios productores locales. Su vinculación familiar con el vino se origina con su padre quien, sin ninguna relación previa con la viticultura, plantó viñas para elaborar Txakoli.

Para recuperar el equilibrio ante la casi muerte del histórico cultivo y producción de txakoli en Balmaseda, el padre de Alfredo comenzó a colaborar con sus vecinos. Los Egia hacían todo en familia, por lo que antes de que Alfredo fuera un adolescente, se incorporó al trabajo en sus viñedos y bodega. Su padre falleció inesperadamente joven, de forma que, Alfredo, comenzó a buscar tanto los derechos de plantar como una propiedad adecuada para realizar la inversión.

En 2001, adquirió la finca en la que trabaja en la actualidad. En total trabaja 4,3 hectáreas. Por un lado, 2 hectáreas plantadas en 2001 que anteriormente eran pastizales, mientras que las otras dos hectáreas, plantadas en 2006, antes era bosque que se taló en 2001 en preparación para la plantación.

En la plantación de 2006 es donde se practica la mayor parte de la biodinámica (por lo tanto, mucha menos productividad), pero una práctica que cubre el 60% de sus viñedos. El 40% restante se encuentra bajo agricultura sostenible, pero también, bajo una lenta conversión a la biodinámica.Próximamente una pequeña parcela de 0,3 Ha con variedades blancas se replantará con Cabernet Franc, famosa variedad francesa que, que según los últimos estudios de ADN podría ser originaria del País Vasco, ya que tiene ascendencia de ADN de antiguas variedades locales, Morenoa y Hondarribí Beltza (Robinson et al. 2012). Según estudios de ADN más recientes, la variedad más antigua de Cabernet Franc está relacionada con Axeria, utilizada en Irouleguy (País Vasco francés).

Viñedo: Izaki, en euskera “criatura”, es un vino 80% Hondarrabi Zerratia 20% Hondarrabi Zuri que representa la transición en biodinámica del viñedo Egiaenea de Balmaseda, Bizkaia. Es el resultado de un coupage final de una viña biodinámica, con muy altas pérdidas por mildiu y otra que recibió 3 tratamientos sistémicos que garantizaron una mínima producción.El viñedo bucólico, empinado y orientado al sur de Alfredo está rodeado de árboles autóctonos por todos lados. El ángulo de pendiente oscila entre 15%-45% y su altitud de 200 a 300m. El lecho rocoso se conoce localmente como “cayuela”, una marga calcárea con apariencia de capas de pizarra que se asienta casi verticalmente, alternando con areniscas silíceas. Conducción de las cepas en lira. En ambos casos no se utilizan herbicidas y, a partir del envero, no se realiza ya ningún tratamiento, de cara a favorecer la implantación de la microbiología propia del entorno en la uva.

Añada 2021: el ciclo comenzó con una floración temprana con un verano templado, seco y poco soleado. La vendimia, realizada principalmente en octubre, se saldó con algo de mildiu al final por culpa del sirimiri, combinado con temperaturas y humedad altas, pero en general, la calidad es muy buena. Una añada atlántica clásica y equilibrada, grado más bajo que en añadas recientes y un perfil aromático fresco.

Elaboración: la parte de la vendimia trabajada en biodinámica, se prensa (la uva entera) y fermenta y permanece todo el año en 3 barricas de varios usos, una de 220 y 2 de 400 l.  La otra parte se elabora en acero inoxidable. Tras la larga fermentación y la maloláctica completa se sulfitó el depósito de inoxidable mientras que las barricas se dejan con sus lías sin battonages. El coupage final permanece 3 meses en depósito antes de su embotellado sin filtrar.

Cata: color pajizo  con reflejos dorados. En nariz presenta notas primarias y de corte oxidativo como fruta de hueso, membrillo, miel, notas de lías, notas de flores silvestres de monte, manzanilla, tilo sobre un fondo mineral. En boca la sensación mineral es muy marcada, es sápido y austero con final salino de buena persistencia.

Producción: 2.850 botellas. 13% Alc. 

Consumo óptimo: 2023-2030.  

Armonías: con los yodados típicos de los mariscos, ostras, pescados salvajes, pescados en salsa, cocina japonesa, carnes de ave no muy condimentadas, trufas blancas, anchoas, ensaladas…