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D.O. Rías Baixas, Galicia - 100% Albariño que procede del ensamblaje de 2 vinos totalmente diferentes buscando expresar la salinidad del ”terroir” del Valle del Salnés. El primer vino está elaborado con uvas de Xil, en la parte más elevada de Meaño con suelo muy pobre de jabre granítico. La vinificación de realizó en un fudre de castaño de 1.200 litros buscando una microxigenación natural del vino durante la crianza. El vino permanece sobre sus lías sin “batonnage” durante 9 meses. El segundo vino está elaborado con uvas de Castrelo, en la ensenada del río Umia, con suelo arcilloso en el que las raíces llegan directamente al mar. La vinificación se realizó en un depósito de hormigón crudo de 1.500 litros y el vino permaneció sobre sus lías hasta primavera sin “batonnage”. El vino hace fermentación maloláctica espontánea completa. Después del ensamblaje de los 2 vinos, Sal da Terra permanece en depósito durante 3 meses buscando una integración perfecta. Sal da Terra 2018 tiene un color pajizo, limpio y brillante. En nariz tiene intensidad alta con notas de ciruela claudia, albaricoque, higo verde, notas florales y herbales como el tilo, laurel sobre un fondo salino y de lías. En boca tiene una textura más sedosa de lo habitual, debido a la microoxigenación en la elaboración y a la maloláctica, cuerpo mediano, intenso y equilibrado con un final salino y persistente. Otra obra impecable del maestro Pomares. Recomendado por El Sumiller.
Ref. B0101261
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EULOGIO POMARES SAL DA TERRA 2018
Sal da Terra 2018 nace fruto de la colaboración, por una parte, de Ben Henshaw (importador de vino en el Reino Unido), Daniel Primack (importador de Zalto en el Reino Unido y el escritor de vinos también del Reino Unido Jamie Goode y, por otro, Eulogio Pomares. Jamie Goode y Daniel Primack, grandes admiradores de Eulogio Pomares (Zárate), se propusieron en una cena, a finales del 2017, realizar un vino con Eulogio. A la primavera siguiente viajaron a Rías Baixas para reunirse con Eulogio, visitar viñedos potenciales y discutir el concepto de vino que querían llevar a cabo. Allí surgió lo que es hoy Sal de Terra 2018, un 100% Albariño que procede del ensamblaje de 2 vinos totalmente diferentes buscando expresar la salinidad del ”terroir” del Valle del Salnés.
El primer vino está elaborado con uvas de Xil, en Meaño, se trata de un viñedo, Carballoso, en la parte más elevada de Meaño. La edad del viñedo es de 35 años, es una suelo muy pobre de jabre granítico. La vinificación de realizó en un fudre de castaño de 1.200 litros buscando una microxigenación natural del vino durante la crianza. El vino permanece sobre sus lías sin “batonnage” durante 9 meses.
El segundo vino está elaborado con uvas de Castrelo, en Cambados, se trata de un viñedo, Francón, en la ensenada del río Umia. La edad del viñedo es de 30 años, es un suelo arcilloso en el que las raíces llegan directamente al mar. La vinificación se realizó en un depósito de hormigón crudo de 1.500 litros y el vino permaneció sobre sus lías hasta primavera sin “batonnage”. El vino hace fermentación maloláctica espontánea completa. Después del ensamblaje de los 2 vinos, Sal da Terra permanece en depósito durante 3 meses buscando una integración perfecta.
La climatología del año 2018 se caracterizó por una primavera fría, sin grandes oscilaciones de temperatura, siendo a nivel de precipitaciones muy lluviosa, con un 15% más de precipitaciones de lo habitual. Bajo estas condiciones de frío y lluvia hubo problemas en la floración y el cuajado por lo que, consecuentemente, los racimos no estaban completos. El verano del 2018 comenzó con un mes de junio muy lluvioso e inestable, bajo estas condiciones aparecieron algunos brotes de mildiu que fueron controlados . A partir de finales del mes de julio suben las temperaturas y hay una ausencia total de precipitaciones hasta finales del otoño. El verano termina con un mes de agosto muy estable. A nivel de precipitaciones se puede caracterizar este verano como seco, el mes de junio resultó muy lluvioso, en el mes de julio, agosto y septiembre las precipitaciones fueron muy inferiores a lo esperado en esta época. Agosto y septiembre fueron muy estables. Las temperaturas en septiembre fueron más suaves pero fue un mes muy seco a nivel de precipitaciones.
Podemos caracterizar el año como con una primavera fría e inestable y un verano seco y cálido. Estas condiciones provocaron una perfecta acumulación de azúcar en las bayas y acideces altas pero con un buen equilibrio. A pesar de las perdidas en floración se alcanzó un buen rendimiento debido a la perfecta maduración. La previsión en julio era de tener una vendimia muy retrasada pero finalmente se realizó en la fecha habitual. El estado sanitario fue muy bueno desarrollándose la vendimia en la segunda quincena de septiembre.
Sal da Terra 2018 tiene un color pajizo, limpio y brillante. En nariz tiene intensidad alta con notas de ciruela claudia, albaricoque, higo verde, notas florales y herbales como el tilo, laurel sobre un fondo salino y de lías. En boca tiene una textura más sedosa de lo habitual, debido a la microoxigenación en la elaboración y a la maloláctica, cuerpo mediano, intenso y equilibrado con un final salino y persistente. Otra obra impecable del maestro Pomares.
Producción: 4.000 botellas. Alc: 12,5% Acid. Total: 7,49 ph: 3,53 Az. Resid: 2,9 gr/l Acid. Vol: 0,7 g/l
Consumo óptimo: 2019-2024.
Armonías: con los yodados típicos de los mariscos, ostras, pescados salvajes, arroces marineros, quesos de corteza enmohecida y de pasta blanda como el Brie, Camembert, quesos de leche cruda de vaca (Époisses, queso del país gallego), ensaladas….
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